Tras un año de la llegada del coronavirus, reflexionamos con el equipo FNG sobre los cambios y las consecuencias que ha traído consigo la pandemia y cómo se han vivido todos estos meses desde las diferentes delegaciones.

En marzo de 2020 se iniciaba un estricto confinamiento que paralizaba el país y venía acompañado únicamente de incertidumbre y nerviosismo. El sector de transporte de mercancías, junto con otros sectores, se consideraba un sector esencial y, como consecuencia, mantenía la actividad. Poco se parecía, sin embargo, a la actividad de los meses anteriores. De un día para otro, no solo cambiaba la forma de trabajar sino también la dinámica de interacción entre los trabajadores. De todo ello, hemos hablado con Joan Martorell del departamento de tráfico de la delegación de Mallorca.

 

Para empezar, Joan nos cuenta brevemente cómo cambió el día a día de la actividad con la llegada de la pandemia.
La situación fue evolucionando con el paso de las semanas. Al inicio de la pandemia, había mucha incertidumbre. Como todo cambió de un día para otro, creo que todos nos asustamos un poco, no sabíamos qué iba a pasar, no podíamos salir de casa, había gente que ya no podía ir a trabajar, no había nadie en las carreteras. Fue un impacto muy fuerte.

Por suerte, nosotros seguimos trabajando. En cuanto al día a día en la empresa, todo fue un cambio continuo, íbamos adaptándonos a lo que iban diciendo las fuentes oficiales y adoptando todas las medidas de seguridad necesarias. La empresa rápidamente nos facilitó tanto botes de gel hidroalcohólico como guantes y mascarillas y empezamos a hacer turnos de trabajo de mañana y tarde para que hubiese el menor número de personas posibles trabajando a la vez.

 

Comentamos los retos que conlleva trabajar por turnos
Fue todo un cambio. Antes de la pandemia, estábamos muy acostumbrados a trabajar todos juntos y a estar en contacto, por lo que trabajábamos de forma muy ágil y si había cualquier problema, lo resolvíamos al momento. Con la llegada del virus, de repente, dejamos de vernos y esto trajo un poco de incertidumbre.

A pesar de esto, a nivel operativo nos organizamos muy bien y no hubo problemas. Los de la mañana dejábamos por escrito lo que habíamos hecho para los compañeros de la tarde o nos llamábamos rápidamente si quedaba algún tema por resolver o alguna duda. Además, pudimos hacer los turnos compensados, teniendo en cuenta la situación de cada uno y los horarios que le iban mejor según sus obligaciones familiares, para que todos estuviésemos a gusto.
Además, al finalizar el turno de la mañana, entraba una empresa de desinfección profesional para desinfectar la oficina completamente antes de la entrada del siguiente turno y eso nos daba mucha tranquilidad.

 

En cuanto al resto de las medidas que se tomaron para prevenir los contagios entre el personal, Joan nos cuenta lo siguiente.
Desde el minuto uno, tuvimos a nuestra disposición geles hidroalcohólicos, mascarillas y guantes y se crearon protocolos internos para evitar el acercamiento y reuniones en las zonas comunes.

El ser menos gente trabajando a la vez, sumado a todas las medidas sanitarias que tomábamos (y seguimos tomando), nos transmitía seguridad a la hora de ir a trabajar en plena pandemia. Desde el principio pensé, “la empresa tiene en cuenta la salud de los trabajadores”. Si no hubiese sido por todo esto, creo que nos hubiésemos sentido mucho más vulnerables.

Con la llegada de las vacunas, seguro que todo va a mejor pero aún así creo que el uso de la mascarilla en sitios cerrados va a ser una costumbre que se va a quedar con nosotros por un tiempo, como ya pasa en muchos otros países, igual que el gel hidroalcóholico que ha pasado a ser parte ya de nuestras vidas.

 

Resaltando los aspectos “positivos” o las oportunidades que ha podido traer la pandemia.
Lo más positivo que ha traído esta situación ha sido el darse cuenta de que el trabajo que hacemos es mucho más importante de lo que se cree. Hasta yo mismo que llevo años en el sector, este año le he dado más importancia que nunca al transporte y creo que, como yo, el resto de la sociedad ha podido verlo también. Si no pasan cosas así, no te das cuenta.

No hemos parado ni un día para que no faltase de nada en los comercios de primera necesidad, la industria, los hospitales, etc., y toda la mercancía que se movía llegase a su lugar a tiempo y, como consecuencia, la gente se ha dado cuenta de lo importante que es el servicio que ofrecemos y del valor que tiene para evitar el desabastecimiento. ¡Solo hay que recordar lo que pasó con el papel higiénico!

 

Al preguntarle sobre lo más destacado que ha podido vivir durante estos meses en el trabajo
Sin duda alguna, las entregas de epis (equipos de protección individual) y desfibriladores que hemos hecho. El poder ayudar a coordinar las entregas a primera hora en los hospitales, donde había personal sanitario desesperado por la falta de mascarillas o guantes… Es emocionante ser parte de algo así.

 

 

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